Una noche, un pequeño avión estaba
volando sobre Nueva Jersey con cinco pasajeros a bordo: el piloto, Michael
Jordan, Bill Gates, el Dalai Lama y un hippie. De repente, algo explotó con
fuerza en el compartimento de equipaje, y el avión empezó a llenarse de humo;
la puerta de la cabina se abre y sale el piloto:
“Caballeros, tengo buenas y malas noticias. Las malas noticias son que nos
vamos a estrellar en Nueva Jersey. Las buenas son que hay cuatro paracaídas… ¡y
yo tengo uno de ellos!” El piloto abrió la puerta y saltó.
Michael Jordan se puso de pie en un instante:
“Señores, yo soy el mejor atleta del mundo. El mundo necesita tener grandes
atletas. Creo que el más grande atleta del mundo merece tener un paracaídas”.
Dicho esto, tomó uno de los paracaídas restantes y saltó.
Bill Gates se puso de pie y dijo:
“Caballeros, yo soy el hombre más inteligente del mundo. El mundo necesita
hombres inteligentes. Creo que el hombre más inteligente del mundo debe tener
también un paracaídas”. Tomó uno y saltó.
El Dalai Lama y el hippie se miraron el uno al otro. Finalmente el Dalai Lama
habló:
“Hermano, he tenido una vida satisfactoria y he conocido la felicidad que da la
iluminación divina. Tú tienes toda la vida por delante. Toma el paracaídas, yo
caeré con el avión”.
El hippie sonrió lentamente y dijo:
“No te preocupes, calvito. ¡El hombre más inteligente del mundo acaba de saltar
con mi mochila”.